“En el pasado siglo y en el comienzo del nuestro los gabinetes más numerosos eran los de medallas. En la actualidad, se prefieren los gabinetes de Historia Natural a las grandes bibliotecas. Todo tiene sus vicisitudes y el imperio de la moda también se extiende por las ciencias. El gusto por las ciencias abstractas sucedió al gusto por la ciencia de las antigüedades; después la física experimental fue más cultivada que las ciencias abstractas, y en la actualidad la Historia Natural ocupa más al público que la física experimental y que cualquier otra ciencia. ¿Llegará también el día en que acabe el reinado de la Historia Natural?.”
Este fervor por la historia natural lo encontramos primeramente en Holanda ya desde finales del siglo XVII. Gersaint en su primer catálogo de Historia natural de 1736, ya citado, nos habla de una de las colecciones más importantes de Holanda, la de Levinus Vincent en Haarlem:
“Su colección está compuesta de más de setecientos frascos con reptiles y otros raros animales conservados en espíritu de vino; un número considerable de las conchas más raras; una impresionante cantidad de corales, plantas marinas y minerales. De todas maneras lo que más me impresionó fue la infinita cantidad de todo tipo de insectos, perfectamente conservados, cuya variedad de colores forman la más bella vista que la naturaleza puede ofrecer…. Recomiendo a todos los amateurs que pasen por Haarlem que no se pierdan su visita. Todos los que quieran conocer este gabinete en detalle, en el que yo mismo pasé cierto tiempo con gran placer, pueden consultar la publicación que aparece en la lista de autores citada en este catálogo”.

La descripción de Gersaint no nos prepara para la ilustración del gabinete de Vincent que aparece en su catálogo, Wondertoonel der nature (1706-1715). El grabado nos presenta el gabinete como un “teatro del universo”, frase empleada por primera vez por Samuel Quicchelberg, conservador de las colecciones de Alberto V de Baviera y autor de Inscriptiones vel Tituli Theatri (1565), el primer manual para organizar una Wunderkammern. La colección de Vincent se encuentra en una galería abovedada con armarios repletos de frascos y una hornacina rococó con corales y gorgonias en un lado, mientras en el otro aparecen las colecciones de insectos y de conchas dispuestas según patrones decorativos en las puertas de cajoneras que guardaban más insectos, plantas, animales disecados, porcelanas, lacas, camafeos, monedas…
De vuelta a Francia el gabinete más importante era el del rey, el Cabinet du roy dirigido desde 1739 y hasta su muerte en 1788 por Georges-Louis Leclerc, conde de Buffon, conocido sobre todo por la gran obra que popularizó la Historia Natural entre un público más amplio, la Histoire naturelle publicada en 15 volúmenes entre 1749 y 1767 pero impresa en multitud de ediciones hasta bien entrado el siglo XIX. En los tres primeos tomos de esta colección aparece una descripción del gabinete del rey, que estaba abierto al público los martes y los jueves, con gran éxito entre la población.

El éxito de los gabinetes en París era tal que si a principios del siglo XVIII se contaban 23, a partir de 1750 aparecen más de 175 por influencia de la élite intelectual que animaba a cortesanos y burgueses a coleccionar en esta área. Entre estos coleccionistas destacaba el Barón Joseph Bonnier de la Mosson (1702-1744) en cuya subasta realizada por Gersaint en 1744, Bufón adquirió el mobiliario, datado en 1735, y que actualmente se conserva en el Museo Nacional de Historia Natural de París como monumento a la labor coleccionista del siglo XVIII.
La colección acabó dispersada en 1778 a la muerte de Pieter Bout, otro coleccionista que adquirió la colección de la viuda de Vincent. Mayor fortuna tuvo la otra gran colección holandesa, la de Albertus Seba adquirida en 1716 por el zar Pedro el Grande, junto con la colección del anatomista Frederick Ruysch para fundar la Kunstkamera que se abrió al público en San Petersburgo en 1724 y cuyo catálogo ilustrado se puede descargar aquí.
De vuelta a Francia el gabinete más importante era el del rey, el Cabinet du roy dirigido desde 1739 y hasta su muerte en 1788 por Georges-Louis Leclerc, conde de Buffon, conocido sobre todo por la gran obra que popularizó la Historia Natural entre un público más amplio, la Histoire naturelle publicada en 15 volúmenes entre 1749 y 1767 pero impresa en multitud de ediciones hasta bien entrado el siglo XIX. En los tres primeos tomos de esta colección aparece una descripción del gabinete del rey, que estaba abierto al público los martes y los jueves, con gran éxito entre la población.

El éxito de los gabinetes en París era tal que si a principios del siglo XVIII se contaban 23, a partir de 1750 aparecen más de 175 por influencia de la élite intelectual que animaba a cortesanos y burgueses a coleccionar en esta área. Entre estos coleccionistas destacaba el Barón Joseph Bonnier de la Mosson (1702-1744) en cuya subasta realizada por Gersaint en 1744, Bufón adquirió el mobiliario, datado en 1735, y que actualmente se conserva en el Museo Nacional de Historia Natural de París como monumento a la labor coleccionista del siglo XVIII.
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