domingo, 22 de junio de 2008

LAS COLECCIONES DE PEDRO FRANCO DÁVILA

Dentro de la historia del coleccionismo en España, cabe destacar la figura de Pedro Franco Dávila, ya que gracias a sus colecciones y a su interés personal se llegó a fundar el Real Gabinete de Historia Natural de Madrid, actualmente Museo Nacional de Ciencias Naturales.

Personaje de azarosa juventud, nació en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, en 1711, hijo de una familia de comerciantes. Pronto se dedicó a la actividad paterna pero con una ambición mayor que le llevó a proyectar un lucrativo viaje a España cargado de cacao. Después de un complicado viaje, llegaron por fin a España aunque su padre acabaría muriendo en Sevilla en 1739. Pedro decide entonces volver a su tierra, pero la situación política entre Inglaterra y España desaconsejaban el viaje que se tuvo que posponer cuatro años. Finalmente consigue embarcar aunque fue posteriormente secuestrado por piratas ingleses que le tuvieron preso durante siete meses en Jamaica. Perdida la carga que llevaba de vuelta decide regresar a España para cobrar el seguro que había contratado. Ya nunca más volverá a Ecuador.

Pedro Franco Dávila decide instalarse en París, adonde llegará en 1745, justo durante el apogeo de los gabinetes de ciencias. Empezó a concurrir a todos los gabinetes privados y no privados, acrecentando su afición y gusto por cuanto contemplaba. Amplía sus círculos, frecuentando el trato con profesores de distintas materias del saber: matemáticos, médicos, naturalistas, escritores… Viaja por Francia, Suiza, Italia, Holanda, La Lorena…, y adquiere cuanto de curioso va encontrando a su paso, y en pocos años forma el inicio de lo que sería su gran Gabinete de Historia Natural y de Curiosidades del Arte y de la Naturaleza.
En la década de los 50, el Gabinete de Franco Dávila albergaba tal cantidad de objetos, que muchos de los que lo visitaban afirmaban convencidos que era mejor que el del Rey de Francia, a muchos profesores y sabios había causado admiración ver las riquezas que en él se albergaban; admiraban también que solo, sin orden del rey, lo hubiera formado. Se dedicó a adquirir las piezas más raras en sus viajes por Europa, comprando en muchos casos gabinetes enteros en Holanda, Lorena y Francia. De los gabinetes que visitaba por donde iba pasando anotaba en su diario de viaje las piezas raras que no había podido conseguir por dinero, y, a su vuelta, enviaba a sus dueños los artículos que sabía les faltaban en sus colecciones y que éstos deseaban, para que ellos, a su vez, le regalaran las que quedaban anotadas.
Como comenta D’Argenville en su
La Conchyliologie, ou Histoire naturelle des coquilles de mer, d'eau douce, terrestres et fossiles, avec un traité de la zoomorphose, ou représentation des animaux qui les habitent, de 1757:

“Será muy difícil descubrir exactamente la bella y rica colección de M. Dávila, que se aumenta considerablemente todos los días y que no ha podido, hasta el momento, ordenarla correctamente.
[…] Hay gran número de fósiles. Las producciones marinas, presentes en los armarios y vidrieras, muy considerables por su tamaño y buena conservación. Hay un armario para las madréporas y litophitos. Otro para los coracoides. Los corales se agrupan también, en uno sólo.
[…] Las conchas no constituyen la menor partida del Gabinete; están en buen número y en bella selección: la mayoría raras y de muchas variedades. Se hace notar, sobre todo un Pastellum marino compuesto de dos conchas unidas juntas que son exactamente sus valvas superiores. Hay muchos animales y peces disecados suspendidos en el techo.
[…] Las antigüedades egipcias y los vasos etruscos no faltan en el gabinete; así como libros, estampas y gran número de miniaturas representando cuadrúpedos, aves, patos, flores y otros. Se ven también en una gran sala, las más bellas piedras grabadas en Europa con sellos en cera de España y su explicación por escrito”.


El mismo Conde de Caylus, incluyó una de sus piezas en el tomo séptimo de su R
ecueil d’Antiquités de 1767. Se trata de una pequeña jarrita etrusca decorada con una perdiz:

"PLANCHE XXIV. Nº I. & II.
J'ai déploré plus d'iuic fols dans le cours de cet ouvrage le sort des Etrusques , & je me suis élevé contre la barbarie des Romains qui ont été si ingrats à leur égard ; mais toutes les preuves que j'ai pu rapporter des connoissances de cette Nation vaincue & oubliée, ne me paroissent rien à l'égard du petit monument de terre cuite que je vais décrire ; & je n'ai rien vu dont le trait, la forme & la précision soient plus complets , ni par conséquent plus purs & plus agréables. Je l'ai trouvé dans le Cabinet de M. Davila, Gentilhomme du Pérou, qui a joint à un des plus beaux cabinets de l'Histoire Naturelle des échantillons de tous les objets qui peuvent piquer la curiosité.

Ce petit vase très-pur de trait, est travaillé en vernis noir , réservé & découpé sur le fond de la terre. Son œuf est très-pur, & l'anfe est très-bien attachée. La Perdrix dont il eft orné conserve une vérité de trait convenable à l'original. On en peut juger par le n°. II ou cet oiseau est developpé.
Hauteur du vase quatre pouces huit lignes.
Largeur deux pouces."


En 1753, Pedro decide ofrecer su colección a Fernando VI, por mediación de su ministro el Marqués de la Ensenada. Para ello compone la
Razón de la colección que don Pedro Franco Dávila ha juntado en el tiempo de su demora en Francia, tanto de historia natural, como de otras cosas del arte, que contenía los siguientes números:

Nº1. Colección de conchas
Nº2. Plantas de mar
Nº3. Piedras
Nº4. Vasos, copas, etc
Nº5. Cajetas guarnecidas de oro
Nº6. Minas (oro, plata, cobre, plomo, hierro, mercurio y azogue, antimonio, arsénico, alumbre y vitriolo)
Nº7. Cristalizaciones y piedras brutas
Nº8. Petrificaciones y fósiles
Nº9. Diferentes vestidos, armas, etc.
Nº10. Bronces y piedras grabadas
Nº11. Colección de más de 4000 imprentas de las primeras piedras grabadas
Nº12. Colección de miniaturas
Nº13. Pinturas
Nº14. Microscopios, Máquinas diferentes
Nº15. Libros
Nº16. Manuscritos

La caída del marqués de la Ensenada y la posterior muerte de los reyes echaron al traste la operación y Franco Dávila decide vender sus colecciones y volver a Guayaquil, pero se lo piensa mejor y vuelve a ofrecer la colección a Carlos III con la mediación del Marqués de Grimaldi. Mientras tanto publica en 1767 su
Catalogue systematique et raisonne des curiosités de la nature et de l’art, qui composent le gabinet de M. Dávila en tres tomos ilustrados. En este catálogo se citan 8096 ejemplares de minerales de numerosas localizaciones, 5253 conchas, 600 animales disecados, 101 plantas, 3915 fósiles, 154 bezoares, 402 libros, unos 12000 grabados, 1741 obras de arte y arqueología, 441 mapas y varios instrumentos científicos. El siguiente intento de venta tampoco prospera y a finales de ese mismo año decide poner en venta parte de sus colecciones y pagar sus deudas.

Sin embargo su afición al coleccionismo le hizo continuar coleccionando ya de una manera más selectiva mientras esperaba que la situación en España cambiara. Finalmente, el 17 de octubre de 1771 se llegó a un acuerdo, Franco Dávila donaría sus colecciones a Carlos III a cambio de ser nombrado director del nuevo Real Gabinete de Historia Natural de Madrid, que acabaría instalado con la Real Academia de Bellas Artes en el Palacio del Marqués de Goyeneche, en la calle de Alcalá.



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